domingo, 5 de noviembre de 2017

Poema de Jorge Amado

“La plaza es del pueblo, amiga, como el cielo es del cóndor”.
La plaza es del pueblo, es su campo de batalla, donde él protesta y lucha.
¿No visteis aún a la multitud agitarse en la plaza como un mar en tormenta
que destruye navíos e invade el muelle?

En el tiempo del poeta Castro Alves
Los negros eran esclavos comprados en subastas,
Mercancía que se vendía, intercambiaba y examinaba.
Y en pago de todo lo que ellos dieron al blanco,
Su fuerza, su sudor, sus mujeres e hijas,
La blandura de su habla que endulzó nuestra habla,
Su libertad,
El blanco le quiso dar sólo,
Además del látigo, los dioses que poseía.

Pero dioses los negros traían de África,
Los dioses de la floresta y del desierto,
Y continuaron fieles a sus dioses
Por más que rezaran a los dioses
De sus dueños.

Del fondo de los bohíos venía el llanto convulso
De los negros en el batir de los atabales,
Cuando llegaba de lo remoto de las plazas
El desasosiego de los hombres…
Era toda una raza la que sufría,
Se desesperaba y reaccionaba,
Conservando alguna cosa propia,
Puramente suya.

Así él veía al negro, magnífico, fuerte y bello,
Rompiendo las cadenas, libre en su fuerza gigantesca…

Traducido por Pedro Sevylla de Juana

Jorge Amado, escribiendo

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